Andalucía dispone de uno de los patrimonios de humedales más ricos y variados de Europa. Podemos encontrar ejemplos de estos bellos ecosistemas en todas las provincias andaluzas, así que te proponemos una ruta que te permita recorrer los más destacados y, de paso, disfrutar de la diversidad cultural y gastronómica de esta tierra.
La desembocadura del río Guadalhorce (Málaga) ofrece un ejemplo de humedal costero de una belleza muy singular y que ha sido clasificada como Reserva Natural, albergando varios ecosistemas de interés.
La Charca de la Camila (Cádiz) es un oasis de vida en mitad de la Sierra de Grazalema, declarado desde hace años Reserva de la Biosfera y refugio de varias especies autóctonas.
El Parque Nacional de Doñana ofrece en Huelva varios ecosistemas que merece la pena visitar, tanto a pie como en vehículos o incluso a caballo. Destacado por ser zona de descanso de diversas familias de aves migratorias, como los flamencos.
La Laguna de la Dehesa de Abajo (Sevilla) es un ejemplo del cásico humedal interior, donde conviven ancestrales prácticas agricolas con espacios calificados como reservas naturales.
El Embalse de Malpasillo (Córdoba) es fruto de la intervención humana para crear un entorno artifical, que la naturaleza se ha encargado de vestir con hermosos ropajes y poblar con diversas especies acuáticas y de aves.
La Laguna de Siles (Jaén) se ubic a entre las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas, presentando al viajero una tierra de contrastes y una belleza singular.
Las Salinas de Cabo de Gata (Almería) muestran uno de los paisajes más peculiares de la orografía andaluza, donde conviven
el desierto y el mar, creando un espacio muy especial que no podrás encontrar en ningún otro lugar.

Las Turberas de Padul (Granada) invitan a adentrarse en el Parque Natural de Sierra Nevada para encontrar un paraje de indudable encanto, enmarcado en un entorno privilegiado.