Un me
chero… Parece mentira, pero un simple mechero puede dar al traste con nuestro viaje en CAMPER. Porque podremos tener espíritu aventurero, incluso gustarnos los programas de supervivencia del Discovery Max, pero si tienes que encender el camping-gaz para hacerte unos espaguetis, ponerte a frotar dos palos… No somos tan frikis, aceptémoslo. 
No vamos a comer gusanos, pero si estás en mitad de la nada, como debe de ser, con una furgo Camper, ilusionado con comer con vistas al horizonte y se te ha olvidado un simple mechero… ¡gusanos es lo que terminarás comiendo!
Por eso, antes de cerrar las maletas emocionados con meteros lo antes posibles los cientos de kilómetros en vena, párate un segundo, respira y revisa.
Uno de los trucos que yo utilizo es recrear un día cualquiera del viaje desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. Vamos a hacerlo y así exponemos todo lo que es importante y, aparentemente, no importante.
Empecemos con nuestro día virtual:
1— Nos despertamos a las 5 de la madrugada porque un desgraciado mosquito nos está acribillando. Solución: repelente (eléctricos o spray) y/o, en su defecto, calmante de picaduras. No se te había ocurrido, eh? ¡Pues es imprescindible! Y ya puestos, sería bueno meter algún medicamento básico.
2— Nos despertamos a la hora deseada y, ante todo pronóstico, hace un día de perros. Vamos a vestirnos. Obviamos todo lo que es esencial, pero es posible que al llegar después de la caminata o después de ducharte o para desayunar, prefieras estar más cómodo… ¿Zapatillas o chanclas para las duchas públicas? Sí, mejor mete unas, anda. No te excedas metiendo ropa, pero piensa en posibles urge